Hay gente que busca libros y libros que buscan gente. Y ahí, en medio, estamos nosotros, los libreros. La mayor satisfacción de un librero es facilitar esos encuentros que unas veces son largamente esperados y otras se producen de forma casual, como un flechazo.
Hoy en día por culpa de internet hemos perdido gran parte del romanticismo que representa la pura búsqueda. Pero aún quedan lectores que son como buscadores de perlas, capaces de disfrutar con el solo hecho de recorrer títulos y títulos a la espera de que salte el del libro soñado. Se ha dado el caso de lectores que están tan acostumbrados a la búsqueda permanente que cuando por fin encuentran su libro escondido no saben que hacer y se apenan como al término de un gran viaje. Para eso estamos los libreros, como casamenteros literarios, para ayudar a dar ese último paso.
También ocurre a veces lo contrario, que el encuentro se convierte en una fiesta. En una ocasión nos sucedió algo increíble. Un cliente andaba buscando un humilde librito -una especie de anuario de la escuela de su infancia- y se había prometido a sí mismo que cuando lo encontrara regalaría al librero un jamón. Les aseguro que esto no me lo invento. A los pocos días de enviarle el librito nos llegó un jamón, y no era de los peores. Aquel buen hombre, admirable como todo aquel que sea capaz de cumplir las promesas hechas a uno mismo, era catalán, y generoso a más no poder en contra de todos los estereotipos.
No les pedimos más jamones, no, tan solo que rellenen este cuestionario porque eso nos ayudará a atenderles cada vez mejor. Y sigan su búsqueda. En este momento tenemos en catálogo un total de 23.434 títulos diferentes... alguno le está esperando, seguro.
¡Felices lecturas!
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