Antes de los libreros de viejo hay autores, fotógrafos e ilustradores, prologuistas, editores, correctores, diseñadores-maquetadores, impresores, encuadernadores, comerciales, distribuidores, libreros de nuevo, críticos literarios, bibliotecarios...
Después de nosotros intervienen oficios tan clásicos y dignos como los vendedores de mercadillo, los traperos y los basureros.
Es importante saber cuál es tu sitio en la vida. Los libreros de viejo y anticuarios tenemos una misión y es la de prolongar la vida útil de esos esclavos sumisos que son los libros: los recogemos, los limpiamos, los ordenamos, los almacenamos y les devolvemos su dignidad asignándoles un precio en el mercado.
No se si somos por ello beneméritos agentes culturales o, simplemente, gente que quiere vivir rodeada de libros mientras va desprendiéndose de aquellos que menos le interesan.
Esto segundo sería un poco cruel pero ya he dicho que es importante conocer tu lugar en la vida.
Y quien mejor te pone en tu sitio son los buenos amigos... y los buenos libros.
Dime con quién andas y te diré quién eres.
Construye una buena biblioteca y sabrás cuál es tu lugar en el mundo.
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