4 de septiembre de 2024

Los libros, las pantallas, los libros


Resulta que no tendríamos pantallas si no fuera por los libros. 

Veamos tan solo cómo empezaron sus descubrimientos los padres de la moderna ciencia de la electricidad: Faraday y Tesla. 

Michael Faraday era hijo de un pobre herrero, nunca pudo pagarse la universidad. 

Sin embargo a los catorce años consiguió un empleo como ayudante de librero. Allí es donde, a base de leer todo lo posible, decidió su vocación científica. 

Por su parte Nikola Tesla ganó su primer sueldo como ayudante en una biblioteca. 

"De todas las cosas que había en el mundo lo que más me gustaba eran los libros", confesó años más adelante en una entrevista. 

Una cosa llevó a la otra, e invento tras invento es como se llegó a esto que estamos haciendo ahora.

Es absurdo que andemos preocupados por la pugna entre los libros y las pantallas. No tiene sentido. Es como si los huevos se pusieran a discutir su superioridad sobre las gallinas. Cada uno ocupa su lugar en esta historia. Ahora mismo son los creadores digitales los que están generando libros en papel. Y es internet lo que soporta en gran medida el comercio del libro. 

Sin ir más lejos, aquí tienen ustedes a un librero de viejo tecleando en un ordenador para tratar de vender sus viejos papeles.  

Ni lucha de clases, ni lucha de soportes. Internet da ganas de leer. 

Echen un vistazo a nuestra web* o, si pueden, vengan a visitarnos a Urroz. Compren alguno de nuestros viejos libros con olor a canela. 

Léanlos... e inventarán cosas.

*Acabamos de renovar nuestra web. Por favor, avísennos de fallos o posibles mejoras: www.librosconhistoria.es

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